Los nuevos parámetros del Internet

Publicado: 22 abril, 2010 en Tecnología

Por el momento, y salvo contados ejemplos, la mayoría de los espacios de comunicación en los que se comparten opiniones, testimonios y criterios sobre noticias publicadas por los medios convencionales o en los que se da cuenta de informaciones no aparecidas en éstos, se encuentran fuera de los medios tradicionales.

Paralelamente, los últimos datos sobre páginas web hablan de más de 2.000 millones de páginas web. Pero, ¿quién escribe todo ese material? Son contados los casos en los que hay periodistas implicados en la producción de toda esa ingente cantidad de información que llega a la red. Desde un punto de vista profesional, esta afirmación supone dar a entender que una gran parte de la columna vertebral de la sociedad de la información está en manos de gente que de repente se ha lanzado a la actividad comunicadora con un frenesí tal, cuya principal consecuencia es que se han convertido en los nuevos adalides de Internet, tal y como reconocen Jesús Flores Vivar y Alberto Miguel Arruti.

Los weblogs, quizá el mejor ejemplo de esto que estamos afirmando, han democratizado la publicación en línea y han posibilitado a muchos informar y opinar en un formato que desmonta gradualmente los muros que cercan la participación en los medios en línea al foro o a una lista de distribución. Hoy día, las aportaciones de los lectores llegan a la información. Millones de reflexiones, críticas y crónicas de lo que pasa a nuestro alrededor son publicadas cada día en páginas personales. Los weblogs han disparado en los últimos años el fenómeno de los diarios personales al facilitar el proceso de publicación.

Definición

Para poder seguir adelante con un mínimo de claridad y de orden, es preciso delimitar claramente, antes que nada, qué entendemos bajo la denominación de periodismo participativo o ciudadano. El término periodismo participativo define el acto de un ciudadano, o un grupo de ciudadanos, con un rol activo en el proceso de recogida, análisis y difusión de noticias e información, según Shayne Bowman y Chris Willis, autores del estudio We Media: How audiences are shaping the future of news and information. Para el periodista Carlos Castillo, en declaraciones recogidas por Marcio Fernándes, por periodismo cívico, comunitario, se entiende la acción de retomar contacto con la comunidad, descubriendo lo que los lectores quieren y abriendo espacios para charlas de temas de interés público. En el fondo subyace la idea de que la gente sea quien recabe la información y la transmita a otras personas. En su libro The Elements of the Journalism, Bill Kovach y Tim Rosenstiel explican que cada vez más la noticia es producida fuera del periodismo.

El periodismo ciudadano es aquel que hace posible la participación activa de los actores sociales que intervienen en todo el procesamiento de la información de interés público. Por lo tanto, sus características esenciales son formar opinión pública mediante la creación de públicos deliberantes y promover la participación ciudadana.

Si bien para algunos autores el periodismo ciudadano no es nada novedoso -son muchos los autores que fijan el inicio del movimiento a comienzos de los años 90 en los Estados Unidos y de allí pronto se extendió a América Latina y Europa-, para otros, se trata de un concepto nuevo, que está en evolución, y que se está difundiendo cada vez más con la llegada de Internet y, en particular, de herramientas como los weblogs -se calcula que en 2004 había unos 11 millones de blogs en el mundo-. Los medios tienen en Internet una plataforma para fomentar el intercambio. Para unos es una bocanada de aire fresco en el mediatizado mundo periodístico; para otros, un ataque directo a la profesión. Estas incursiones no profesionales en el periodismo muestran muchas voces distintas y pueden tener interés, pero no son aceptables al cien por ciento. Solo en ocasiones tienen verdadero valor como noticia, pero en nada son comparables a la profesionalidad de un medio solvente y riguroso. De lo que no cabe la menor duda es que se trata de un buen ejemplo de cómo puede un periódico volver a establecer conexiones con la comunidad a la que en teoría sirve.

Los grupos de discusión, weblogs, contenidos generados por usuarios en páginas web (como la sección de participación de La Vanguardia Digital) o publicaciones colectivas (como Wikipedia o Indymedia) pueden constituir, según las definiciones aportadas, diferentes expresiones de este periodismo ciudadano.

La propia dinámica de la participación hace, tal y como recuerda Eva Domínguez en la edición del 7 de noviembre de 2003 en La Vanguardia Digital, que los propios ciudadanos cubran espontáneamente muchas de las funciones que se exigen a los profesionales de la información: comentar, filtrar, editar y comprobar la veracidad de los hechos que se publican.

Si bien no existen fórmulas para integrar las aportaciones del público en las rutinas informativas del medio, la tendencia se dirige a lograr estrechar el vínculo entre el periodista y el público. No obstante, también hay iniciativas más osadas, como la impulsada por la BBC: ofrecer a los usuarios formación periodística.

Los contenidos son creados por la propia audiencia y, por lo tanto, muy pegados a la vida y a los intereses de ésta. De hecho, el periodismo ciudadano ofrece su máximo potencial en el nivel hiperlocal –término empleado por el blogger Jeff Jarvis-, no en el regional y mucho menos en el nacional. Y ello porque hay un fuerte interés de la gente en los contenidos muy, muy locales, que los periódicos convencionales tienden a ignorar. Estamos en una sociedad en tránsito, en la que los periódicos, y sobre todo los locales, “aceptan el principio de servicio a una comunidad y lo anteponen a cualquier otro” (Peñalva y Coca, 1998, 138). Y este tipo de cosas no suelen ser cubiertas por los grandes diarios, fundamentalmente porque éstos están orientados a un mercado más amplio.

Fuente: http://www.comunica.org/chasqui/90/meso90.htm

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